sábado, 5 de mayo de 2012

un fragmento


Nos conocimos, cuando dimos clic, en una página web, dedicada a las letras, ella estudiante yo dedicado a perseguir sueños de grandeza. Fue la frustración de no hallar lo que se busca o no encontrar eso, que ni imaginariamente se conoce…

Es cierto, los fantasmas de la incontinencia se hacen presentes cuando pasas horas y horas frente al monitor y tus ojos cansados ya no divisan, solo tu alma está atenta  a ese guion electrónico, que ya nunca se estaciona… vampi, o no recuerdo bien cual nick, cubría su primera anonimidad, la cosa es que se despertó el deseo de saber quién es y porque sus letras están impregnadas de melancolía y nostalgia, (que tonto soy, los dos términos son equivalentes), ¿que buscas? Fue el inicio de su propia búsqueda, que no la mía, a mis treinta y tantos, uno ya sabe lo que busca y rehúye a encontrarlo.
Fueron horas y horas de lento pero productivo sicoanálisis, que ni Freud, ni Fromm, hubiera imaginado en sus titánicas sesiones con enfermas mentales…
Me entere de sus pesadillas, me enrede en sus árboles torcidos, hicimos pic nic a las orillas de nuestros traumas obvio los míos enteramente masculinos y los de ella… peligrosamente sexistas.
Un día me pidió un nombre y me dijo maestro… conocía bien, mis debilidades, lo acepte, MELA, será mi mela…
Desde entonces mela se convirtió en mi  asistente, juntos recorrimos, el arcoíris de las pasiones, descendimos al infierno de la infelicidad, yo era Dante y ella Virgilio, siempre pegados al monitor, como los desafortunados a los libros.  ¿Y si existe el amor? Fue tu pregunta, ¿existe dios? Fue la respuesta…¡¡No!! Así es… y se despidió.
Arrepentida de su desacato, me proporciono un número, una forma nueva de acallar nuestras conciencias, tocadas en ocasiones de sentimientos molestos e inocuos, la pantalla por ese entonces se vio acompañada de la voz… 2 pm, 5pm, 4am, 8am, 9pm; a cualquier hora yo la buscaba y ella nunca se negaba… ufffffff… y si realmente existiera eso que llaman amor…¡¡no!! Esto es lo que hay aquí: miseria, solo miseria literaria, afuera de nosotros nada existe, si no impulsos, decadencia, enfermedad y muerte:


Las puntas de sus dedos recorren el camino hacia mi vientre herido,
Despacio, Lentamente,
Buscamos redención en el infierno de la piel...

Que frágil es la carne entre sus manos,
cual barro en el taller del artesano,
piernas, brazos, cuello,
todo es transformado por sus pensamientos..

¿Me ve? ¿Me ama?
No...
Esto es uno más de los espejismos que crea en su desierto eterno,
Yo soy una mujer de arena, creación suya,
pero la más querida.
Pues yo le veo de la misma manera sin su máscara...

Mi cabello enmarañado cae sobre mis ojos,
me ciega, me absorbe, me asfixia...
Aún compartiendo nuestros alientos
Usted se asume solo.

Final...
 Si tus letras están destrozas, desafinadas y solo balbucean, eso que te ahoga… atrévete y ya verás lo que te espera. Soy tu maestro… y no soy nada parecido al modelo que tu imaginas, y ya no eres mujer vampiro, solo eres mela:
Mujer que no vuela,
Que llora por las venas reventadas;
Humillada, sea aleja de eso que los estúpidos llaman felicidad…
¿Y si existiera, no aquí si no allá, afuera…? ya es tarde…   

Sentada en la vieja silla de papá,
miraba las estrellas a través de la ventana,
Tome entre mis manos la vieja caja de cuerda,
la bailarina aun da vueltas al compás de Chopin...

Y la vida resulta tan vacía después de todo,
el silencio se escurre lentamente entre mis pies y yo solo suspiro..
¿Los sueños servirán de algo un día?
¿Las lágrimas derramadas por ellos se compensaran?

La sombra de un recuerdo se aparece en el cristal,
un perfil, una mano, una barbilla...
¿Que es, si no solo un recuerdo...?
¿Pero como recordar lo que jamás se ha conocido?
¿Como pensar en alguien que jamás existió?

Me levanto despacio, no quiero que te alejes...
¡no te vayas¡
mi mano se estrella en la ventana para tocar tu rostro una sola vez,
para ver reflejados mis ojos en tus pupilas,
pero ya es tarde...
Te vas por donde llegaste...

Ya no quiero esto para mi
termina lo que empezaste...

Una noche, juramos un juramento, tú te irías matando lentamente y yo te construiría odas a tu memoria:

Mela. ¿Quién es Mela?
La melancolía que se asoma por tus ojos, tristeza infinita de quien vive ajeno a todo contacto humano.
Mela se cree vampiro; ave nocturna que vuela lejos al infinito, a la orilla de mi ventana (Mi ventana es el infinito),
Que chupa la sangre, que no es sangre; son los pensamientos pausados que dicta la conciencia.
Es una espectadora estéril.

Me lastima, me lacera el alma, me muerde el corazón
(nunca sabré como lo consigue, si solo observa mi fotografía inmóvil)
Cuando se siente mal; su estado natural, se hace pequeños cortes en los brazos y llora con mucho dolor.
Lo sé, en sus letras falsas, adivino su lastima, su congoja, y la locura de sus desvelos.

¿Ahora si la conoces? Es Mela, mi Mela...
¿Cuántas Melas hay? ¿Cuántas conoces? ¡¡No me preguntes más¡¡

Escucha con atención:
Mela son mujeres que se reproducen así mismas, que vuelan en silencio siempre.
En soledad siempre,
Siempre errantes.

Mueren a los pocos años de emprender su huida; desangradas, vacías, sin nada.
Sin letras ni voz. Con los ojos hinchados, con las caras vueltas al sol. Abandonados sus cuerpos; sus sexos infestados de pútridos gusanos que aúllan sus penas.

Mas antes de morir su vida; son capaces de aventar sus espíritus a la inmortalidad. Donde renacen en el olvido de mis estrofas.
La Mela que tanto aprisiono. Ya es tarde.


Al final, la suerte jugo su última carta, tu conexión, reventó y yo volví a mi realidad, al final, yo morí y tu renaciste, ya no como mela, si como Paola, con un extraño apellido alemán, que advierte que la persona es lista, pero humana al fin…
Ya es tarde,  y mañana tengo que laborar en lo único que hago bien… mi muerte y la de los demás.

fin




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